PSICOLOGOS HOY: EN I.O.M.A. NOS  BORRAMOS, EN P.A.M.I. UNA PROMESA Y  EN EL S.I.S.P. S.M. DE TANDIL  MUY COMPLICADOS

Colegio de Psicologas y Psicologos

PSICOLOGOS HOY: EN I.O.M.A. NOS  BORRAMOS, EN P.A.M.I. UNA PROMESA Y  EN EL S.I.S.P. S.M. DE TANDIL  MUY COMPLICADOS

 

JULIO DE 2023

No tengo  datos exhaustivos, pero  veo que de casi  900 matriculados de  nuestro amplio Distrito,  apenas  81 colegas están inscriptos en obras sociales.   Es fácil constatar que los profesionales de la Salud desde hace unos  años estamos   dejando atrás un largo período de proletarización producido por la inserción de los colegas en  obras sociales, prepagas y hasta  la Salud Publica, que con la globalización se extendieron los alcances de las técnicas y recursos terapéuticos, pero  no tuvo su correlato en las remuneraciones del sector.

¿Qué mejor que la gestión de los  Colegios profesionales  para nombrar las anomalías?: precarización, informalidad, incumplimiento, cambio de reglas,  enormes atrasos en los pagos, limitaciones de las prácticas, riesgos de matrícula, condiciones indignas de trabajo. Todo   fue sumando a favor de un retorno de la práctica liberal y privada de médicos y psicólogos. Al menos en el interior de la provincia cualquier usuario lo podrá constatar.

El mejor ejemplo pasa por nuestro Colegio; cada vez son menos los psicólogos  que se mantienen  como prestadores de IOMA. A pesar de las múltiples promesas y pedidos de esa obra social, hoy ya casi no cuenta con atención ambulatoria de psicología, en perjuicio directo de sus afiliados. No solamente IOMA, pasa con todo el grupo de obras sociales y hasta prepagas. Los colegas se dan cuenta de que en el consultorio con los mismos aranceles pueden sostener  una prestación libre y digna, sin reclamos ni largas esperas para cobrar.

Como contraejemplo, parece que ahora PAMI en un marco de apertura y democratización de la asistencia, está a punto de terminar con el infame sistema de capitación para abrir a sus afiliados  los listados de atención en Salud Mental ambulatoria. Sin duda, ésta es una opción nueva y sumamente atractiva para nuestros matriculados, que habrá que formalizar y gestionar según lo dispuesto.  Lo cierto es que tanto médicos en todas las especialidades, psiquiatras en particular y hasta psicólogos,  le están encontrando  la veta al consultorio  privado, que  sin duda rinde más que el trabajo en la Salud Publica, y eso es inobjetable. Se trata de una consecuencia más de la pandemia,  que genera hoy   el  pleno empleo  para todo el sector Salud, al tiempo que aumenta la pobreza y la precarización de la población, recayendo entonces sobre los equipos de Salud Pública la  asistencia de la población con carencias.

Sobre este fenómeno, en general  los responsables de gestionar la Salud Publica en todos los niveles pareciera que  padecen una “ceguera” de tipo cortical. Al respecto no arriesgan una interpretación global y realista  del problema, y suelen responder con frases hechas y prejuiciosas del tipo  “se la quieren llevar en  pala”, “carecen de vocación”,   o se habla de “especialidades críticas”. En  posiciones ultra liberales,  hasta  se habló  de una reforma de las leyes de colegiación, tal como lo formulo el ex ministro de Salud Adolfo Rubistein en su paso por Tandil, el año pasado.   Pero en ningún caso estudian con seriedad el problema y por eso no   aciertan en el diagnóstico, ni  están  en condiciones de resolver el problema de la carencia de profesionales en lo público.

Es cierto que las carreras que generan profesionales de la Salud son más largas, y que la especialización es muy costosa. También es verdad que los hospitales públicos que tradicionalmente eran una escuela formación  calificada, hoy  en su mayoría tienen  las áreas de docencia e investigación como espacios meramente burocráticos, dedicados a lo sumo a “capacitaciones”. En especial,   en  nuestra Provincia,  se está produciendo un incremento del ingreso  de los llamados “agentes de salud”, sin título de grado, colegiación,  carentes de incumbencias y formación, sin  responsabilidad frente  al usuario. Se trata en estos casos de lo que se llama uso de  “mano de obra barata”, que como se sabe, termina siendo la más cara.

También la oferta formativa carece de rigurosidad y sistematización y es meramente situacional, improvisada,  y repetitiva, lo que lleva a que los llamados a cubrir cargos de  residencias, de planta y hasta concurrencias  queden  con sus grillas descubiertas y que los profesionales pierdan la referencia formativa del hospital, que durante décadas fue una verdadera cantera de investigadores.

Desde el nacimiento de la carrera de Psicología, a fines de los 50, se dio una interface  con las   escuelas de formación,  carreras de grado  y el  hospital público, fraguando  un genuino manantial   de formación clínica calificada  en sus diversas orientaciones,  siempre destacada y ponderada en el plano de la psicología de habla hispana.  Todo esto ya está en extinción, condicionando  a favor de lo privado el ingreso de profesionales al sector Salud Publica, tal como lo vengo sosteniendo.

Esto es mucho más  crítico en los sistemas de atención de los municipios, caracterizados por presupuestos ajustados al personal de planta  municipal sin contemplar las especialidad Salud, al tiempo que una constante se reitera sobre los profesionales y trabajadores de la Salud Publica: la sobrecarga de trabajo, el riesgo de lesión de matrícula, el intrusionismo, la violación del secreto profesional y hasta la propia integridad física, tal como hemos visto más de una vez.

Desde la Provincia se viene declarando como críticas a ciertas especialidades médicas y se les propone mayor resarcimiento económico y menos tiempo de trabajo.

Tandil, único efector de Salud en la zona debidamente equipado, no escapa a esta crisis. Por caso, mi sector, el de Salud Mental,  funciona con cierta estabilidad y recursos, pero   desde hace un tiempo sufre un pleno déficit en la atención psiquiátrica, lo que vuelve imposible el trabajo interdisciplinar tal  como lo indica la Ley de Salud Mental: satura a los pocos psiquiatras que aún quedan y genera toda clase de perjuicios a los usuarios, impidiendo la integralidad en la atención.

Ante la persistencia de semejante cuadro, como Presidente del Colegio de Psicólogos del Distrito VIII y  con el pleno acuerdo  del  Consejo Directivo  nos  hacemos eco de los reclamos de los colegas del sector; en especial destacamos al  colega Luciano Grasso,   referente de Salud Mental a nivel nacional, y Vicepresidente del SISP,  que  ponderamos  en ocasión de generar una guardia de Psicología.

Ahora, y de acuerdo a nuestra Ley de ejercicio profesional 10.306, entendemos que se puede estar  privando del derecho a la asistencia y cuidados a la gran cantidad de usuarios que se atienden en el sector, por lo tanto   no podemos mirar para otro lado,   por eso pedimos y esperamos que los funcionarios responsables de la gestión tengan la capacidad de abrirse al problema de la falta de psiquiatras que incide negativamente  sobre las prestaciones y prácticas de nuestros matriculados. Para  eso estamos dispuestos a colaborar en todo aquello  que sea posible, ya que entendemos  que la comunidad es la principal afectada.

Tratándose de un problema del sector Salud Mental, una solución que no sea un parche demandará lucidez, consultas,  despojo y también cierta   audacia. Sabemos   que el municipio de Tandil está en condiciones  de resolver este impase que hoy afecta a la comunidad que más lo necesita.

Y también sabemos que hay psiquiatras que aun mantienen su interés por el trabajo en el hospital público.

Lic. Ángel Orbea

Presidente del Colegio de Psicólogos Distrito VIII

 

 

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